La vida útil en alimentos sirve para controlar el buen estado de los productos que encontramos disponibles en el mercado para el consumo humano. Gracias a este concepto es posible conocer cuánto tiempo permanecen los alimentos en buen estado, libres de patógenos y cumpliendo las propiedades organolépticas marcadas y esperadas por el fabricante.
Cómo mostrar la vida útil en alimentos
En este sentido, la vida útil en alimentos permite a los operadores de la industria alimentaria trabajar con garantías de inocuidad y seguridad alimentaria en todas las áreas relativas a la producción de alimentos. A su vez, un elemento muy importante relacionado con este son las fechas de duración mínima, que se dividen a su vez en fechas de caducidad y fechas de consumo preferente:
- La fecha de caducidad aplica en aquellos alimentos perecederos, cuya duración es corta, y que pueden contener microorganismos de forma natural que alteren y modifiquen las características organolépticas de los alimentos. Algunos ejemplos de alimentos con fecha de caducidad son la carne y el pescado frescos, así como los vegetales troceados o listos para consumir.
- Por otro lado, la fecha de consumo preferente hace referencia a aquellos alimentos de mayor duración que tienen un menor porcentaje de agua en su composición. Un ejemplo claro son galletas, pastas, dulces y especias, que pueden durar mucho tiempo en buenas condiciones. Alimentos procesados como las conservas también poseen fecha de consumo preferente, ya que han sido sometidos a tratamientos térmicos que alargan la vida útil.
Cómo medir la vida útil en los alimentos
Aunque las fechas de duración mínima son la forma que tiene el consumidor final de comprobar hasta cuándo es un alimento apto para el consumo, lo cierto es que el concepto de vida útil en alimentos va mucho más allá y suele quedar relegado al ámbito profesional en su máxima expresión.
Existen varios métodos para medir la vida útil de los alimentos en la industria alimentaria. Uno de los más comunes es el análisis de las tasas de deterioro de un alimento a lo largo del tiempo. Esto se puede hacer a través de estudios que, básicamente, son pruebas de laboratorio donde se mide la actividad enzimática y otros factores que contribuyen al deterioro de un alimento.
Otro método común es el análisis sensorial, en el que se evalúan cómo cambian las características sensoriales de un alimento, como su sabor, olor y textura, a medida que envejece. De esta forma, es común utilizar estudios de vida útil en alimentos a tiempo real o acelerados, para aquellos productos cuya duración es muy larga.
También se pueden utilizar métodos físicos o químicos para medirla, como la medición de la temperatura y la humedad, o la determinación de la concentración de ciertos compuestos químicos en un alimento. En general, la vida útil se mide utilizando una combinación de estos métodos, y se considera el tiempo que un alimento se mantiene en buenas condiciones para el consumo humano.
Para facilitar todos estos procesos, así como el resto de estudios o comprobaciones de la calidad de los alimentos es recomendable contar con un software de gestión de la calidad. En Trazable te podemos ayudar a mejorar tu departamento de calidad. Solicita una demo y un especialista te orientará sobre cómo nuestro SaaS puede beneficiar a tu empresa.