Los sellos de calidad alimentaria constituyen uno de los métodos más interesantes que posee la industria alimentaria para acreditar la calidad de los alimentos que fabrica. La calidad es un concepto que puede contemplarse desde diferentes prismas: ya sea organoléptica, tecnológica, económica o cultural. Por ello, es importante verificarla mediante protocolos de validación que siguen unas mismas premisas y procesos. Así, precisamente, es como funcionan los sellos de calidad alimentaria.
Tipos de sellos de calidad alimentaria
Los principales sellos de calidad alimentaria que encontramos en la Unión Europea corresponden a tres grandes grupos que detallamos a continuación y que se encuentran ligados a los alimentos de calidad diferenciada. Todos ellos buscan destacar aspectos clave de los procesos de elaboración de alimentos, como el origen geográfico de sus materias primas, las etapas de producción o los procesos de elaboración tradicionales que tienen lugar a la hora de elaborar el producto.
- Denominación de Origen Protegida (DOP): su calidad se debe a los factores naturales y humanos de una ubicación geográfica concreta, y su producción, transformación y elaboración se realiza completamente en esa ubicación. Por ejemplo: DOP Pera de Jumilla.
- Indicación Geográfica Protegida (IGP): su calidad se atribuye al origen geográfico y la producción, transformación o elaboración se realiza en un lugar concreto. Aunque a diferencia de la DOP, no es obligatorio que todas las fases se den en dicha ubicación: basta con una de ellas. Por ejemplo: IGP Plátano de Canarias.
- Especialidad Tradicional Garantizada (ETG): hace hincapié en el método de elaboración a base de materias primas tradicionales y no tanto en la zona geográfica. Por ejemplo: ETG Jamón Serrano.
Más ejemplos de sellos de calidad alimentaria
Adicionalmente, también existen otros sellos de calidad al margen de los alimentos de calidad diferenciada que permiten verificar ciertos estándares ofrecidos por la industria alimentaria. Por ejemplo, los sellos halal o kosher que validan aquellos alimentos aptos para el consumo en base a las creencias religiosas y costumbres culturales de las comunidades musulmana y judía, respectivamente.
El sello ecológico también ha cobrado especial importancia en los últimos años y regula la producción de alimentos “bio” o “eco” según las directrices del Reglamento 2018/848 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de mayo de 2018, sobre producción ecológica y etiquetado de los productos ecológicos. En este caso, el sello de calidad alimentaria referida a los alimentos ecológicos sirve para acreditar cuestiones relacionadas con la sostenibilidad, el uso eficiente de la tierra de cultivo o la restricción en el empleo de ciertos plaguicidas.
Por otro lado, también existen sellos privados certificados por organizaciones agroalimentarias de diversa índole. Un caso muy ilustrativo es el sello de calidad alimentaria “V-label” empleado en productos vegetarianos y veganos que acredita internacionalmente la adecuación de sus materias primas a las necesidades de este grupo de la población.
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